Oraciones
para la
eucaristía
LA
MISIÓN
ANÁFORA
Acción de gracias
Siempre es bueno, Padre santo,
darte gracias y bendecirte por la huella de
tu amor
que está presente en toda la creación.
Hoy celebramos con especial alegría
tu reencuentro con Jesús, tu hijo amado
De Ti partió, en Ti vivió
y a Ti llegó finalmente como última meta.
Jesús nos trazó con su vida el sendero
y despertó nuestra esperanza.
Tú nos has creado, Tú nos sostienes
y nos acompañas en la vida,
y algún día, al igual que Jesús,
nos reencontraremos plenamente contigo.
Gracias, Señor y Dios nuestro.
Toda la naturaleza entona cada día
un bello canto en tu honor.
No podemos ser menos los humanos
y por ello, nos unimos a todos los pueblos
de la tierra
para agradecer la grandeza de tu corazón.
Memorial de la Cena del Señor
Queremos ser conscientes, Padre Dios,
de la misión que nos confió Jesús antes de
su partida.
Quiso que nos sintiéramos hermanos unos de
otros
y repartiéramos el pan por igual entre
todos,
que veláramos que no le faltara nada a los
más débiles.
Nos encargó que hiciéramos de este mundo su
reino,
un mundo ideal, donde no hubiera pobres ni
marginados
y todos pudiéramos ser felices.
Y supimos que no debíamos mirar más al cielo
sino a nuestro alrededor.
Jesús nos dejó el testigo para que
siguiéramos la carrera.
Invocación al Espíritu de Dios
Este es el sacramento,
el signo de la entrega total de Jesús por el
Reino.
Este es también el compromiso de vida
al que nos lleva la fe en Cristo.
Queremos ser portavoces ante el mundo
del mensaje en palabras y vida que nos dejó
Tenemos que pedir tu ayuda, tu espíritu,
Dios santo,
porque la misión que nos encomendó Jesús
sencillamente nos desborda.
Bajo la fuerza de tu aliento,
queremos promover y extender tu reino,
apoyar a cuantos defienden los derechos
humanos,
colaborar en cualquier acción a favor de los
necesitados
y velar por que nadie ni nada nos quite la
libertad
que nos regalaste como mejor don.
Acoge, Padre, a cuantos van dejando este
mundo
y bendice a quienes toman su relevo.
A ti, Padre de todos, bautizados o no,
desde esta o cualquier otra religión,
te ofrecemos con cariño de hijos
este cálido homenaje de gratitud.
En tu honor brindamos
como esperamos hacer eternamente.
AMÉN.
Rafael Calvo Beca