(Dt 4,1-2. 6-8
Sant 1,17-18.21b-22.27
Mc 7, 1-23)

El mensaje de Dios es un eco que resuena desde siempre, aunque las palabras y expresiones de cada época no sean las mismas; contando con que a veces nos enredamos en los significados e interpretaciones intentando adecuarlos a lo que nos suena bien en cada momento.

Pero si abrimos el oído del corazón, el único que no nos llevará a la confusión, porque no se guía por decibelios sino por el silencio, escucharemos el avance por la historia de la humanidad de una Palabra viva que siempre es la misma, porque habla en presente absoluto. También iremos viendo cómo esa humanidad tuerce una y otra vez el camino, alejándose del mandamiento de Dios: el Amor.

Cuando en el Antiguo Testamento, Moisés (Dt 4,1 -2.6-8) hablaba al pueblo de Israel diciéndoles que no añadieran ni suprimieran nada a los mandamientos del Señor, les estaba indicando que la prueba de autenticidad en el cumplimiento de la Ley sin remiendos ni borrones, era que tendrían que ponerla en obras, única forma de ver que estaba inscrita en sus corazones.

Santiago (1,17-18.2b-22.27), ya en el Nuevo Testamento, anima a reconocer dócilmente la Palabra plantada sin quedarse embobados en la escucha, superando la prueba de idoneidad, demostrando una buena disposición, aptitud y suficiencia para ponerla en práctica, es decir, con obras en la vida.

Se pone duro describiendo un ejemplo de manual de ejercicios prácticos: "visitas a viudas y huérfanos en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo" para que no haya confusión ni engaño, y así la Palabra entregada se manifieste en las obras. Estos ejercicios ayudarán a evitar que la estructura religiosa se convierta en un andamiaje de normas desprovistas del condimento esencial: el amor a Dios y a los hermanos desde la ternura, la misericordia y la compasión. Santiago había vivido con Jesús, y se le notaba; sabía de qué hablaba.

¡Ay... Jesús, Jesús... no aguantas a los hipócritas! (Mc 7, 1-23) Ves por dónde van a salir antes de que empiecen a hablar y les haces escuchar de tus labios lo que no quieren oír. Hasta cinco veces dices ¡ay...! dirigiéndote a ellos, recriminándoles que "descuidan lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad" (Mt 23, 13-26)

La actitud de los fariseos es denunciada por Jesús (Mc 7,5), que acusa de hipocresía y superficialidad; y les recuerda las duras palabras del profeta Isaías: "en vano me dan culto, enseñando doctrinas que son preceptos humanos" (Mc 7,7). Y también las de Moisés recordando lo que dice la ley (Mc 7,10) "honra de tu padre y a tu madre, y el que los maldiga será reo de muerte".

Jesús les echa en cara un artilugio legal introducido en su tradición consistente en que "si uno dice a su padre o a su madre: "Declaro corbán, es decir, ofrenda sagrada, los bienes con los que te podía ayudar", ya le permitís que deje de socorrer a su padre o a su madre". Desde ese momento, sus bienes se consideraban un regalo para el templo y no podían ser utilizados. Un fraude en toda regla vestido con un traje de falsa piedad.

Lamentablemente vemos que los fariseos no pasan la prueba de profesionalidad, porque un buen profesional ejerce su profesión con capacidad y aplicación, y eso se ve enseguida desde fuera. Las obras muestran que no iban por buen camino.

Necesitaban un Master de capacitación y quién mejor que Jesús para impartirlo con las siguientes materias:

EXPERIENCIA DE LOS MANDAMIENTOS DE DIOS DESDE EL CORAZÓN (Nota: esta asignatura habrá de aprobarse para pasar a las dos siguientes)

IMPUREZAS - I: Lo que entra de fuera no hace impuro al hombre

IMPUREZAS - II: Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre (Estudio separado de cada uno de los apartados que cita Jesús: malos propósitos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfrenos, envidia, difamación, orgullo, frivolidad)

Nota: El alumno que apruebe la primera asignatura ya no tendrá necesidad de cursar las dos siguientes porque habrá entendido por dónde va el camino.

- TRABAJO DE CAMPO: poner en OBRAS todo lo experimentado en el Master saliendo al mundo a compartir y expandir el Mensaje de Dios a la humanidad, con la autenticidad, idoneidad y profesionalidad de quienes se dejan hacer por el Espíritu que mueve a través de la vida y la historia.

La Escritura leída y rumiada nos trae un mensaje siempre actual y nos reta a seguir avanzando a la escucha de la Palabra y a actuar en lo concreto, con obras.

La hipocresía está bien insertada en la sociedad de nuestro tiempo. Solos, uno a uno, no podemos hacer mucho; tampoco juntos con nuestras únicas fuerzas; pero si conocemos y seguimos a quien nos convoca al "Master de Capacitación"... la cosa cambia. La matrícula está abierta para todos, ya sean personas físicas o jurídicas.

Mari Paz López Santos

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