Me siento plenamente feliz de recibir los correos que me enviáis porque encuentro en ellos la manera de experimentar al Dios amoroso en quien creo y a quien deseo hacer presente, en mi seguimiento a Jesús, claro, desde el carisma de mi congregación que vivimos las Hermanas Auxiliadoras, y desde la espiritualidad Ignaciana.
Yo vivo en México Distrito Federal y colaboro con personas en situación de calle y con personas con atracción al mismo sexo. Son personas que sufren mucho por la forma en que se les desprecia.
Todo el Instituto, con sede en París desde 1856, colaboramos acompañando a las personas más necesitadas desde la opción de los pobres. No tenemos instituciones propias y cada hermana realiza su misión desde su llamado personal, en redes con otras personas e instituciones.
A mi vez comparto los correos a otras personas, sacerdotes, religiosas y laicos. Mil gracias una vez más y que continuemos colaborando a la construcción de un mundo más humano y justo en unión con el Papa Francisco.
Un abrazo.
Lupe Jirash