Aquí, en casa, tenemos el corazón un poco adolorido y la mente flipando después de uno de los siete encuentros por Zoom que tuvimos la pasada semana. Una riqueza, por cierto, una experiencia cercana, personal, directa y muy cómoda para compartir, ponernos al día, acompañar.

Uno de ellos, llamó a nuestra puerta de un modo muy directo en línea de justicia para las mujeres empobrecidas por el patriarcado, el machismo, el clericalismo.

Las dos hemos ofrecido el evangelio de Juan este sábado (está colgado) y es lo que tiene el Evangelio: te mueve, remueve, conmueve. Justo el viernes por la tarde-noche teníamos un largo zoom con una mujer de la comunidad de Magdala cuyo nombre no vamos a publicar, por respeto a su intimidad.

Así iniciamos nosotras nuestro curso, ya grabado, pero orado y digerido durante el día de ayer. En la mente-corazón se mezclan las palabras de lxs hermanxs de ahora de comunidades proféticas y las de nuestrxs hermanxs del Evangelio que toma Vida y forma hoy, entre nuestra gente, de la que sabemos su realidad y tratamos de acompañarnos mutuamente.

Como dicen ellxs, la compartida fue profunda, y casi a lo que parecía el final, le preguntamos sobre su aparente cansancio, ya prolongado...una respuesta precisa en dos líneas nos motiva esta reflexión de ahora:

-lleva semanas escribiendo un proyecto para conseguir ayudas para las mujeres indígenas con las que hace comunidad. Proyecto de gallinas, cerdos...que darán de comer a sus familias.

-se pasa horas al día en transporte público, tomando hasta tres autobuses o camiones, como dice ella, para llegar a sus diferentes comunidades de las que es la Acompañante en todos los sentidos: da formación integral a través de talleres de crecimiento personal, duelo...facilita la llegada de mujeres profesionales que ofrecen sus servicios médicos, terapéuticos... Y sobre todo, y gracias a su formación autodidacta, empodera a las mujeres en su fe y formación religioso-espiritual actualizada.

Formó equipo con los dos jesuitas que hace un año asesinaron en México. De hecho,uno de ellos, le compraba los cursos y libros para su estudio de teología feminista, además de acompañarla en su ministerio como mujer indígena entre el pueblo.

Seguro que el Padre Javier le habría conseguido un carrito de segunda mano para que ella no pierda su tiempo y salud en caminos polvorientos y de pie cargada en los camiones abarrotados, para casi al llegar sentir el cansancio del día antes de iniciar la jornada.

Y ¿qué carga en sus bolsas? Nos cuenta que cuando su mamá recoge las sobras de las comidas familiares, ella las prepara en bolsitas y las congela para llevarles el almuerzo a las mujeres de sus comunidades cuando se reunen en asamblea para coordinar las necesidades de la gente.

También carga los jabones que ella elabora para que al venderlos pueda comprarse los pasajes de los camiones. Y la ropa que le regalan para que pueda servirle a alguien y sus propios libros, carpetas...con sus apuntes para....y...

¿Sería para tanto que entre todxs le compráramos un carrito de segunda mano para que tenga la energía para la gente y no sólo casi para los caminos?

Además, ella ha optado para retirarse de su congregación que le prohíbe seguir en su misión por no haber más hermanas que la acompañen...y antes de dejar de servir donde se siente llamada, descubre nuestra comunidad de Magdala y hoy es una de nosotras, con un respeto enorme por parte de todxs, y por supuesto que esta no es la primera vez que le echamos un cable. Al ser el proyecto un poco más costoso nos atrevemos a invitaros.

Hoy sin su congregación ni sus asesinados jesuitas, somos su apoyo. Jamás pide, sólo responde si las incordionas de nosotras le preguntamos. La hemos visto cansada y triste. Mucho duelo, mucha limitación. Ayudas anteriores, de antes de conocerla, nos cuenta que fueron acaparadas por el clero que se autoasignó grandes sumas en nóminas por un trabajo que no realizan, que realizan ellas, y lo cobran ellos.

Con sus mujeres, las de los gallineros y engorde de cerdos para vivir, pagan una casa común a unas religiosas potentes en medio mundo, que les cobran por algo que a ellas se les cedió. A mí me indigna. Perdón, pero todo lo institucional, como nos dice Juan, es lo primero que Jesús nos invita a dejar...también nosotras convertiríamos el agua en vino, para tantas personas ...hoy tenemos una, y ayudando a una ayudamos a un montón que dependen de ella en su formación integral y en su apoyo moral. Si ella no va, ahí no va nadie.

Nuestra hermana es líder asamblearia en varias diócesis, apoya, supervisa, acompaña, viaja de un lugar a otro...la comunidad depende de ella. ¿Se merece tanta necesidad? Sus compañeras de las comunidades que acompaña son pobres, viven de sus gallineros para alimentar a sus hijxs. Ya sabemos que el varón muchas veces se desaparece, menos cuando hay dinerito, como el caso de un clero que no quiere trabajar pero sí cobrar.

Algo así también nos decía otra compañera religiosa joven en Colombia, donde el clero no quiere ir a los lugares de selva (¡pobrecitos!) y van las religiosas jóvenes, asumiendo una realidad insalubre para acompañar a comunidades alejadas y abandonadas porque ellos quieren las parroquias acomodadas. De nuevo nuestra compañera se enfermó y también la hermana que la acompañaba, parece que las ratas compartían habitación y la humedad y goteras y agua contaminada de las industrias no respetuosas que enferman a lxs niñxs y a todxs lxs que no pueden comprar agua embotellada.

Ya me callo. Siento ser voz disidente, voz tal vez de las sin voz, desde nuestro humilde blog casero.

Si queréis ayudar con el "carrito" súbete al proyecto. Si es poco manda un bizum o transferencia a nuestra cuenta corriente que te facilitaremos. Si es una cantidad más importante te damos el número de cuenta de ella para que le llegue directo. Es fácil y económico el envío. Te ayudamos con ello.

Oye, mil gracias por escuchar, no a mí, a la Ruah, gimiendo y arropando a nuestras hermanas.

Feliz Semana de hielo en España y de un calor inmenso en el Hemisferio sur.

Besos y abrazos agradecidos siempre.

Espiritualidad Integradora Cristiana

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