Discrepo totalmente de esa opinión.

Coincido totalmente en la descripción de los defectos de la sociedad en que vivimos.

Y añado que esa sociedad es la que permite unos sueldos millonarios a deportistas, por muy bien que hagan su trabajo, para negocio de grandes corporaciones, federaciones, clubs y cadenas de televisión.

Televisiones que utilizan comentaristas deportivos que cada semana, micrófono en mano, opinan, valoran, juzgan y disponen de un gran poder de influencia sobre los miles de aficionados que siguen los partidos.

Y ya era hora que alguien reaccione contra ese poder si es mal utilizado.

No me vale el ejemplo del Cirque du Soleil. Es tramposo. Como quizás también sea tramposo el que yo expongo.

Si ese mismo comentarista, hace 20 años, hubiera estado comentando un partido, habría tenido ocasión de ver un chaval jovencito, un tal Leo Messi, haciendo malabares similares con la pelota. Y seguro que su comentario no habría sido el que ahora hizo.

Efectivamente, arrastramos demasiados tics y reflejos culturales sin controlar. Pero aquí durante mucho tiempo los hemos estado aceptando como ocurrencias graciosas y riéndonos, arrastrando, como en este caso, a gente tan fuera de duda como a un Jorge Valdano.

Creo que, especialmente en el futbol ya que no se da tanto en otros deportes, hay que luchar contra esa oleada ahora resurgida de insultar u ofender a quien es distinto por color, por origen o por lo que sea.

Y los medios de comunicación, aunque sea ante la duda, han de apartar a quien demuestra que eso no lo tiene claro.

Por cierto, lo del apelativo de “el mono” nunca surgió de la sociedad de aquí. No confundamos.

Jesús Portella

Barcelona, 19 de abril de 2024