Hermanos y hermanas, la dimensión misionera de nuestra vida es seña de identidad del seguidor de Jesús. No es posible ser discípulo de Jesús y no vivir hacia afuera, junto a los más desfavorecidos de este mundo. Oremos.

Que nuestra vida sea en favor de los pequeños

• Que la Iglesia sea referente, maestra, en apostar por un mundo más justo; en entregar la vida junto a aquellos que más necesitan; en crear relaciones saludables y posibilitadoras.

Que nuestra vida sea en favor de los pequeños

• Que los creyentes vivamos implicados con las causas e instituciones que persiguen la justicia, la dignidad de las personas, el reconocimiento de los invisibles de este mundo.

Que nuestra vida sea en favor de los pequeños

• Que todos nosotros y nosotras acertemos a reconocer la llamada a la misión en el rostro de los sufrientes de este mundo, que definitivamente optemos por el Reino.

Que nuestra vida sea en favor de los pequeños

• Que sepamos ofrecer a nuestros jóvenes y niños oportunidades para crecer en solidaridad, para conocer otras realidades distintas y mas desfavorecidas que las nuestras.

Que nuestra vida sea en favor de los pequeños

• Que crezcamos en sentido de comunidad, de unidad, de corresponsabilidad, de pertenencia a una humanidad llamada a caminar en fraternidad, buscando el bien de todas las personas.

Que nuestra vida sea en favor de los pequeños

Padre Madre buena, que nos dejemos afectar por la dimensión misionera de nuestro discipulado a Jesús, que con valentía optemos por los más pequeños y trabajemos en favor de los olvidados de este mundo.

Vicky Irigaray