Hermanos y hermanas, a veces damos más importancia al cumplimiento de ciertas normas que al deseo de mantener una relación gozosa con Dios. Oremos.

Que seamos cauce de agradecimiento siempre

• Necesitamos una Iglesia mucho menos encorsetada, liberada de tanta exigencia normativa, capaz de trasmitir el seguimiento como la invitación a un banquete gratuito y festivo.

Que seamos cauce de agradecimiento siempre

• Necesitamos vivir nuestra vida y nuestra fe en clave de fiesta, aprender a celebrar con emoción nuestra relación con Dios como fuente de Amor y Vida.

Que seamos cauce de agradecimiento siempre

• Necesitamos creyentes alegres, capaces de celebrar la vida con todos sus caudales: cuando discurre en medio del sufrimiento y cuando brota la fiesta y el agradecimiento sin más.

Que seamos cauce de agradecimiento siempre

• Necesitamos hombres y mujeres agradecidas, conscientes de todo lo que recibimos cada día, que vivan en clave de gratuidad, dándose sin medida, sin esperar nada a cambio.

Que seamos cauce de agradecimiento siempre

• Necesitamos acercarnos más a las personas que necesitan nuestra presencia, acogida, ternura, servicio.

Que seamos cauce de agradecimiento siempre

Padre Madre buena, que acertemos a celebrar siempre y en toda circunstancia la vida; que nuestras celebraciones sean eso celebraciones, fiestas comunitarias, expresión de nuestra gratitud.

Vicky Irigaray