Hermanos y hermanas, pan partido, vino ofrecido, vida partida y compartida; son las señas de identidad de todo y toda discípula de Jesús de Nazaret. Oremos.

Queremos ser comida y bebida para el sediento y el hambriento

• Que a la Iglesia se nos identifique como una comunidad solidaria, que se acerca y trabaja sin descanso por los más desfavorecidos de este mundo; una comunidad respetuosa con la diversidad y comprometida con toda la humanidad.

Queremos ser comida y bebida para el sediento y el hambriento

• Que los creyentes en cada celebración eucarística renovemos nuestro compromiso de fe, como seguidores y seguidoras de Jesús, viviendo en clave de servicio, de entrega, y comprometidos con un mundo más humano y justo.

Queremos ser comida y bebida para el sediento y el hambriento

• Que nos dejemos afectar por tanta desigualdad en nuestro mundo: por quienes sufren hambre, malos tratos, guerra, paro, desahucios, discriminación y exclusión.

Queremos ser comida y bebida para el sediento y el hambriento

• Que seamos Buena Noticia dándonos por entero; compartiendo nuestro tiempo y nuestros bienes en las periferias de nuestros pueblos y ciudades.

Queremos ser comida y bebida para el sediento y el hambriento

Padre Madre buena, que seamos fuente de vida, de entrega, de servicio, de paz. Que vivamos responsablemente y en comunión con toda la humanidad.

Vicky Irigaray