Todo es de Dios: el dinero, la política, el tiempo, el trabajo… no por lo que dice la lectura de hoy sino por lo que dice el Evangelio entero. Lo del César también es de Dios, a Dios hay que dárselo todo. Oremos.

Que nuestra vida entera esté impregnada de tu presencia.

* Por la Iglesia, para que no caiga en la tentación de leer la Palabra de manera aislada, a su conveniencia y sea maestra de vida, vivida desde Dios.

Que nuestra vida entera esté impregnada de tu presencia.

* Por los que buscamos seguir a Jesús, para que no vivamos nuestra vida por parcelas: tiempo para entregar a los demás y tiempo para nosotros. Que nuestra vida sea una con nuestra fe.

Que nuestra vida entera esté impregnada de tu presencia.

* Por todos los que sufren a causa de la enfermedad, el paro, la violencia y la exclusión, que su situación de dificultad despierte nuestra conciencia y nos conduzca a la solidaridad con ellos.

Que nuestra vida entera esté impregnada de tu presencia.

* Por los que gobiernan nuestros pueblos, naciones e instituciones, que desde la responsabilidad de sus puestos encuentren los caminos que nos lleven a vivir con dignidad y justicia.

Que nuestra vida entera esté impregnada de tu presencia.

* Por los mayores y enfermos de nuestra comunidad, que nuestra compañía y cuidados les ayude en su día a día y les recuerde que son miembros valiosos de nuestra comunidad.

Que nuestra vida entera esté impregnada de tu presencia.

Padre bueno, tú nos conoces y nos quieres bien. Confiamos, por mediación de tu Hijo, nos concedas la gracia de vivir alegres por dentro y abiertos a los demás. Enséñanos a vivir en unidad contigo, igual que tu Hijo Jesús.

Vicky Irigaray