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EL MITO DE LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL 10

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"Allí donde la propiedad es un derecho individual y donde el dinero sea la medida universal jamás podrá reinar la justicia y la prosperidad social" (Tomás Moro).

Es precisamente en la esfera financiera donde se está dando el grado más avanzado de la mundialización de la economía, siendo en este tipo de operaciones donde se produce una mayor movilidad.

Las transacciones financieras a muy corto plazo (fundamentalmente especulativas) se han incrementado rápidamente durante la última década, impulsadas por la liberalización de los mercados de capital, la tecnología informática que hace viajar la información a la velocidad de la luz y la rápida expansión del volumen de fondos gestionado por inversores institucionales.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el movimiento total neto diario de los nueve mercados de divisas totalizaban 910.000 millones de dólares en 1992, una suma mucho mayor que el total de las reservas de oro de todos los países industriales, que totalizaban sólo 556.000 millones de dólares en abril de ese mismo año. Estas reservas son aún muy pequeñas en relación al volumen de activos en manos de inversores extranjeros: el total de acciones internacionales de que se disponía en EE UU, Europa y Japón aumentó de 800.000 millones de dólares en 1986 a 1.300.000 millones en 1991. Los activos financieros del sector privado global son casi cinco veces  los de los gobiernos de la OCDE que tratan de regular los mercados.

En lo que se refiere al papel que desempeñan los bancos transnacionales en las relaciones financiero-monetarias internacionales, hay que destacar que ya en 1975 los activos líquidos de la banca transnacional tenían un nivel muy cercano al total de las reservas mundiales. Esto significa que esos bancos pueden transferir en un breve plazo enormes sumas de reservas financieras que por su magnitud, no sólo pueden contribuir a agudizar los desequilibrios monetarios, ya de por sí graves, sino también neutralizar la efectividad de las medidas defensivas que instrumenten los distintos gobiernos ante la inestabilidad monetaria existente.

Las llamadas "tormentas monetarias", que sacuden periódicamente la estabilidad económica de países y regiones enteras, son un reflejo del destrozo que provoca un ataque financiero de tales dimensiones. Tormentas especulativas de tal magnitud, que no pueden ser contrarrestadas por la intervención de los respectivos bancos centrales y que conducen al empobrecimiento de muchas economías nacionales, apropiándose del ahorro interno y provocando así fuertes devaluaciones monetarias.

Se ocasiona de esta forma un colapso económico generalizado que lleva al cierre a numerosas empresas, devalúa los salarios y provoca la aplicación de duras políticas de ajuste por parte de los gobiernos nacionales afectados, aumentando así el desempleo, la pobreza y la marginación social. Como ejemplo último, podemos señalar el desplome económico ocurrido en algunos países del sudeste asiático a partir de julio de 1997(Tailandia, Malasia, Filipinas, Indonesia, Singapur y Corea del Sur) y cuyas consecuencias y extensión aún están sin determinar.

Retrocediendo algo más en el tiempo, tenemos la crisis financiera mexicana de diciembre de 1994, que ha dejado a la población con un poder adquisitivo reducido a la mitad y con unos niveles de pobreza que han pasado 30% al 50% "Ha habido un Desplazamiento de poder desde los gobiernos a los mercados No hay soluciones para los excesos del mercado. Los Estados nacionales, los gobernantes y los ciudadanos deben reconocer los límites que el actual sistema impone a su autonomía, sin encerrarse en voluntarismos voluntaristas y deben buscar la consecución de sus objetivos por caminos que no susciten las reticencias, el desvío o el castigo de los mercados, aún a sabiendas de que ello no garantizará la ausencia de perturbaciones". Luis Ángel Rojo, Gobernador del Banco de España)

Estas palabras de Luis Ángel Rojo (entresacadas de su discurso en la Universidad de Alcalá de Henares el día de su investidura como Doctor Honoris Causa) son bastante clasificadoras acerca del papel que asignarán los mercados a las personas y los pueblos en el escenario mundial global. El capital ha alcanzado una total independencia política y no hay ninguna autoridad que pueda fijarle límites. Ante lo explícito de este pensamiento, poco se puede añadir, nos anuncia claramente la imposibilidad de enfrentarse a una economía de mercado mundializada, es decir a los intereses del capital financiero y transnacional.

Un elemento nuevo que ha irrumpido en los mercados financieros
internacionales lo constituye el elemento espectacular de los Fondos de pensiones. Los fondos de pensiones norteamericanos poseen más de la cuarta parte de las acciones de EE UU, los tres primeros poseen unos 500.000 millones de dólares. En Europa estas instituciones llegan a invertir hasta el 20% de sus activos en el extranjero en 1991. El FMI, en 1993, estimaba que sólo las activos globales de los fondos de pensiones aumentarán hasta 7.200.000 millones de dólares hacia mediados de la presente década, de los cuales un tercio serán inversiones internacionales.

Esta situación plantea varios problemas para los gobiernos y los bancos:

1. La especulación en activos líquidos puede aumentar la rentabilidad de estos fondos, pero también incrementar los riesgos para quienes tienen derecho a pensión en cada país. El mayor peligro de estos fondos es su falta de liquidez. De esta forma llegamos a una situación de consecuencias sociales imprevisibles, porque por un lado, se insiste en que es "imposible" que el Estado pueda asumir las pensiones en un futuro próximo, y otro, las soluciones apoyadas en la formación de planes de pensiones privados de cara a la jubilación, no garantizan de ningún modo su cumplimiento.

A este respecto, en EE.UU., en 1992 los planes de pensiones privados tenían una deuda de 53.000 millones de dólares. Hubo de crearse un organismo ¡público! para proteger las pensiones, asumiendo los riesgos si la empresa quebraba y tratando de recuperar lo que se pudiera de las mismas. El resto lo paga el propio contribuyente norteamericano.

2. Estos fondos constituyen intermediarios no bancarios, por lo que no están sujetos a regulaciones internacionales, especialmente cuando se registran en paraísos fiscales...

Ver: El Mito de la Globalización Neoliberal: Desafíos y Respuestas.
Acción Cultural Cristiana_ Madrid 1999

 

Francisco Margallo

Periodista digital

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